Queridos hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para reflexionar sobre el profundo y transformador poder de la Sangre de Jesús. La Sangre de Cristo es central en nuestra fe, representando el sacrificio supremo hecho por nuestra salvación. Simboliza el amor y la misericordia que Dios tiene por cada uno de nosotros. Desde el principio, el derramamiento de sangre ha sido significativo en el plan de Dios para la redención. En el Antiguo Testamento, el sistema sacrificial requería la sangre de animales para expiar los pecados del pueblo. Sin embargo, estos sacrificios eran temporales y necesitaban repetirse.
Con la venida de Jesús, queridos amigos, todo cambió. Jesús, el Cordero de Dios, se ofreció a sí mismo como un sacrificio perfecto y eterno. Su Sangre fue derramada en la cruz para el perdón de nuestros pecados, llevándonos a un nuevo pacto con Dios. Este nuevo pacto no se basa en los sacrificios repetidos de animales, sino en el sacrificio único y suficiente de nuestro Salvador. La Sangre de Jesús nos limpia de todo pecado y nos hace justos ante Dios. Purifica nuestra conciencia y nos da acceso al Padre. A través de Su Sangre, somos justificados y redimidos, comprados con un precio que no se puede medir.
El poder de la Sangre de Jesús también está en su capacidad para traer sanidad y protección. Nos cubre y nos protege de los ataques del enemigo. Cuando invocamos la Sangre de Jesús sobre nuestras vidas, estamos invocando la victoria que Él ganó en la cruz. Esta Sangre rompe las cadenas de la esclavitud y nos libera para vivir en la plenitud de las promesas de Dios. Como creyentes, estamos llamados a recordar y proclamar el poder de la Sangre de Jesús. Es a través de Su Sangre que tenemos vida eterna y una relación con Dios.
Queridos amigos, ahora veamos a continuación las escrituras de la Biblia que hablan sobre la Sangre de Jesús.
“¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?”
— Hebreos 9:14
“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”
— 1 Juan 1:7
“Ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero de la palabra del testimonio de ellos, menospreciaron sus vidas hasta la muerte”
— Apocalipsis 12:11
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”
— Efesios 1:7
“Por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”
— Colosenses 1:20
“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo”
— Hebreos 10:19
“De Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, nos lavó de nuestros pecados con su sangre”
— Apocalipsis 1:5
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”
— Romanos 5:9
“Casi todo es purificado, según la ley, con sangre; sin derramamiento de sangre no se hace remisión”
— Hebreos 9:22
“Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”
— Mateo 26:28
“Por tanto, mirad por vosotros, por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”
— Hechos 20:28
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha sin contaminación”
— 1 Pedro 1:18-19
“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne bebe mi sangre, tiene vida eterna; yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne bebe mi sangre, en mí permanece, yo en él”
— Juan 6:53-56
“Yo le dije: Señor, tú lo sabes. él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado sus ropas, las han emblanquecido en la sangre del Cordero”
— Apocalipsis 7:14
“Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”
— Efesios 2:13
“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta”
— Hebreos 13:12
“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”
— 1 Corintios 10:16
“Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”
— 1 Corintios 11:25
“Les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada”
— Marcos 14:24
“De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”
— Lucas 22:20
“Respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, sobre nuestros hijos”
— Mateo 27:25
“A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”
— Romanos 3:25
“Cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje lengua pueblo nación”
— Apocalipsis 5:9
“A Jesús el Mediador del nuevo pacto, a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”
— Hebreos 12:24
“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”
— Colosenses 1:14
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, por su llaga fuimos nosotros curados”
— Isaías 53:5
“Tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua”
— Zacarías 9:11
“La sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; veré la sangre pasaré de vosotros, no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto”
— Éxodo 12:13
“Porque la vida de la carne en la sangre está, yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; la misma sangre hará expiación de la persona”
— Levítico 17:11
“Este es Jesucristo, que vino mediante agua sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua sangre. el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad”
— 1 Juan 5:6
“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate bautízate, lava tus pecados, invocando su nombre”
— Hechos 22:16
“Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, al instante salió sangre agua”
— Juan 19:34
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
— Juan 1:29
“Venid luego, dice Jehová, estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”
— Isaías 1:18
“Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”
— Génesis 4:10
“Tomará luego de la sangre del becerro, la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre”
— Levítico 16:14
“Entonces Moisés tomó la sangre roció sobre el pueblo, dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas”
— Éxodo 24:8
“Porque la sangre de los toros de los machos cabríos no puede quitar los pecados”
— Hebreos 10:4
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”
— 1 Corintios 6:20