Queridos hermanos y hermanas, exploremos el concepto de un “cristiano carnal”. Este término describe a un creyente que, aunque salvo y espiritualmente renacido, todavía lucha con deseos y comportamientos mundanos. El camino de la fe es un proceso de toda la vida y, a veces, incluso aquellos que han aceptado al Señor pueden encontrarse enredados en asuntos terrenales.
La Biblia habla sobre la tensión entre nuestra naturaleza espiritual y nuestros deseos carnales. Como creyentes, estamos llamados a vivir por el Espíritu, pero la atracción del mundo puede ser fuerte. Un cristiano carnal podría encontrarse en esta lucha, conociendo la verdad del Evangelio pero sin lograr abrazar completamente una vida guiada por el Espíritu.
Consideren el ejemplo de la iglesia primitiva, donde algunos creyentes enfrentaban desafíos similares. Habían aceptado a Cristo pero aún estaban aprendiendo a caminar en Sus caminos. Necesitaban orientación y ánimo para crecer en su fe y dejar atrás las viejas formas de vivir.
Querido amigo, es importante recordar que todos tenemos momentos de debilidad. El apóstol Pablo mismo confesó luchas entre sus aspiraciones espirituales y su naturaleza terrenal. Sin embargo, también nos recuerda la victoria que tenemos en Cristo y el poder del Espíritu Santo para transformar nuestras vidas.
Para avanzar más allá de un estado carnal, uno debe buscar sinceramente una relación más profunda con Dios. Esto implica oración, estudiar la Palabra y tener comunión con otros creyentes. Significa permitir que el Espíritu Santo guíe tus acciones y decisiones.
Hermanos y hermanas, animémonos unos a otros a crecer en nuestra fe, a buscar las cosas de arriba y a vivir vidas que reflejen el amor y la gracia de nuestro Salvador. Si encuentras este contenido útil, por favor compártelo con otros que también puedan beneficiarse.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el ‘cristiano carnal’.
“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo”
— 1 Corintios 3:1
“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida paz”
— Romanos 8:6
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, el del Espíritu es contra la carne; estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”
— Gálatas 5:17
“Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”
— Romanos 8:7
“Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas disensiones, ¿no sois carnales, áis como hombres?”
— 1 Corintios 3:3
“Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia”
— Gálatas 5:19
“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado”
— Romanos 7:14
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”
— Santiago 4:4
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”
— 1 Juan 2:16
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”
— Romanos 8:5
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”
— Efesios 4:22
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos avaricia, que es idolatría”
— Colosenses 3:5
“Amados, yo os ruego como a extranjeros peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
— 1 Pedro 2:11
“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne”
— 2 Corintios 10:3
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, no proveáis para los deseos de la carne”
— Romanos 13:14
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
— Gálatas 6:8
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”
— 1 Corintios 2:14
“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia”
— Romanos 6:19
“Pero fornicación toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”
— Efesios 5:3
“Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal”
— Colosenses 2:18
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído seducido”
— Santiago 1:14
“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones deseos”
— Gálatas 5:24
“Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne de los pensamientos, éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”
— Efesios 2:3
“Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos”
— 2 Timoteo 3:2
“Para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios”
— 1 Pedro 4:2
“Mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia inmundicia, desprecian el señoríoAtrevidos contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores”
— 2 Pedro 2:10
“Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu”
— Judas 1:19
“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis”
— Romanos 8:13
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”
— 1 Corintios 6:9
“Envidias, homicidios, borracheras, orgías, cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”
— Gálatas 5:21
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo de Dios”
— Efesios 5:5
“Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias deleites diversos, viviendo en malicia envidia, aborrecibles, aborreciéndonos unos a otros”
— Tito 3:3
“En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”
— 2 Corintios 4:4
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”
— 1 Corintios 5:11
“Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”
— Romanos 8:8
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, no satisfagáis los deseos de la carne”
— Gálatas 5:16
“¿De dónde vienen las guerras los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”
— Santiago 4:1
“Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia”
— 1 Pedro 1:14
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable perfecta”
— Romanos 12:2
“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente en un mismo parecer”
— 1 Corintios 1:10
“Seguid la paz con todos, la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”
— Hebreos 12:14
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”
— Romanos 6:12
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”
— 2 Corintios 7:1
“No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros”
— Gálatas 5:26
“Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”
— Colosenses 3:2
“Esto, pues, digo requiero en el Señor: que ya no éis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente”
— Efesios 4:17
“Si decimos que tenemos comunión con él, andamos en tinieblas, mentimos, no practicamos la verdad”
— 1 Juan 1:6
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
— Romanos 8:1
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó se entregó a sí mismo por mí”
— Gálatas 2:20
“Sino que golpeo mi cuerpo, lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”
— 1 Corintios 9:27
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”
— Romanos 8:9
“Pero esto digo, hermanos: que la carne la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción”
— 1 Corintios 15:50
“Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”
— Romanos 7:23
“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo”
— Filipenses 3:18
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
— Colosenses 3:9
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
— Efesios 5:8
“Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías borracheras, no en lujurias lascivias, no en contiendas envidia”
— Romanos 13:13
“Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación lazo, en muchas codicias necias dañosas, que hunden a los hombres en destrucción perdición”
— 1 Timoteo 6:9
“No podéis beber la copa del Señor, la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, de la mesa de los demonios”
— 1 Corintios 10:21
“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien del mal”
— Hebreos 5:14
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”
— Gálatas 5:13
“Mirad, pues, con diligencia cómo éis, no como necios sino como sabios”
— Efesios 5:15
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”
— Romanos 6:6
“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”
— 1 Pedro 1:15
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso del pecado que nos asedia, corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”
— Hebreos 12:1
“Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
— Romanos 8:4
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
— 2 Corintios 5:17
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”
— Gálatas 5:22
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”
— Romanos 6:4
“Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia santidad de la verdad”
— Efesios 4:24
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”
— Colosenses 3:12