Queridos hermanos y hermanas, el regreso de Cristo es un evento profundo y emocionante que tiene un lugar especial en los corazones de los creyentes. La Biblia habla claramente sobre este glorioso momento cuando nuestro Señor Jesús volverá para cumplir Sus promesas. Al reflexionar sobre esto, es importante abrazar la esperanza y la anticipación que lo acompañan.
El regreso de Cristo significa la victoria definitiva del bien sobre el mal. Es un momento en el que todos los errores se corregirán y la justicia prevalecerá. Nuestro Salvador vendrá con poder y gloria, y todo ojo lo verá. Este evento será inconfundible e impresionante. Es un recordatorio de que los planes de Dios son perfectos y Su tiempo es impecable.
Queridos amigos, la anticipación del regreso de Cristo nos anima a vivir con propósito y urgencia. Nos llama a estar vigilantes y firmes en nuestra fe. Se nos recuerda mantener nuestras lámparas encendidas y estar atentos, como las vírgenes prudentes que estaban preparadas para la llegada del novio. Esto significa vivir una vida que refleje Su amor y gracia, siendo amables y compasivos, y compartiendo las buenas nuevas con los demás.
El regreso de Cristo también trae consuelo a los que lloran y sufren. Nos asegura que hay esperanza más allá de esta vida. Cuando Él regrese, no habrá más dolor, tristeza ni muerte. Nos reuniremos con nuestros seres queridos y habitaremos en la presencia de nuestro Señor para siempre. Esta promesa nos da fuerzas para soportar las dificultades y mantener nuestros ojos fijos en el premio eterno.
Queridos amigos, mantengámonos en la esperanza del regreso de Cristo y alentémonos unos a otros en nuestro caminar de fe. Vivamos cada día con la expectativa de que Él podría venir en cualquier momento. Al hacerlo, lo honramos y nos preparamos para la alegría que nos espera.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre el regreso de Cristo.
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder gran gloria”
— Mateo 24:30
“Pero del día la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre”
— Mateo 24:36
“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”
— Mateo 24:44
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria”
— Mateo 25:31
“Jesús le dijo: Tú lo has dicho; además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, viniendo en las nubes del cielo”
— Mateo 26:64
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder gloria”
— Marcos 13:26
“Pero de aquel día de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”
— Marcos 13:32
“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”
— Lucas 12:40
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder gran gloria”
— Lucas 21:27
“Si me fuere os preparare lugar, vendré otra vez, os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
— Juan 14:3
“Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”
— Hechos 1:11
“De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”
— 1 Corintios 1:7
“Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida”
— 1 Corintios 15:23
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
— Filipenses 3:20
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”
— Colosenses 3:4
“Esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”
— 1 Tesalonicenses 1:10
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, con trompeta de Dios, descenderá del cielo; los muertos en Cristo resucitarán primero”
— 1 Tesalonicenses 4:16
“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”
— 1 Tesalonicenses 5:2
“A vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder”
— 2 Tesalonicenses 1:7
“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos”
— 2 Tesalonicenses 2:1
“Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, destruirá con el resplandor de su venida”
— 2 Tesalonicenses 2:8
“Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo”
— 1 Timoteo 6:14
“Te encarezco delante de Dios del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos a los muertos en su manifestación en su reino”
— 2 Timoteo 4:1
“Aguardando la esperanza bienaventurada la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios Salvador Jesucristo”
— Tito 2:13
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”
— Hebreos 9:28
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana la tardía”
— Santiago 5:7
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”
— 1 Pedro 1:13
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, velad en oración”
— 1 Pedro 4:7
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos, la tierra las obras que en ella hay serán quemadas”
— 2 Pedro 3:10
“Esperando apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, los elementos, siendo quemados, se fundirán”
— 2 Pedro 3:12
“Ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”
— 1 Juan 2:28
“Amados, ahora somos hijos de Dios, aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”
— 1 Juan 3:2
“De estos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares”
— Judas 1:14
“He aquí que viene con las nubes, todo ojo le verá, los que le traspasaron; todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”
— Apocalipsis 1:7
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”
— Apocalipsis 3:11
“He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, guarda sus ropas, para que no ande desnudo, vean su vergüenza”
— Apocalipsis 16:15
“Entonces vi el cielo abierto; he aquí un caballo blanco, el que lo montaba se llamaba Fiel Verdadero, con justicia juzga pelea”
— Apocalipsis 19:11
“¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”
— Apocalipsis 22:7
“He aquí yo vengo pronto, mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”
— Apocalipsis 22:12
“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”
— Apocalipsis 22:20