Queridos hermanos y hermanas, hoy exploramos la profunda sabiduría que se encuentra en la Ley del Antiguo Testamento. Esta guía divina fue dada al pueblo de Israel, estableciendo una base para una vida justa y una comprensión espiritual. La Ley era más que un conjunto de reglas; era un pacto entre Dios y Su pueblo elegido, una forma de establecer una nación santa dedicada a Sus propósitos.
Al principio, Dios dio los Diez Mandamientos a Moisés en el Monte Sinaí. Estos mandamientos no eran solo reglas, sino una manera de entender el carácter de Dios y Sus expectativas. Estaban destinados a guiar a los israelitas en su vida diaria, enseñándoles a amar a Dios y a amar a sus vecinos. La Ley abarcaba varios aspectos de la vida, incluyendo instrucciones morales, ceremoniales y civiles. Era una forma de mantener la pureza y la santidad, reflejando la naturaleza de Dios en el mundo.
Querido amigo, la Ley también señalaba algo mayor. Mostraba la necesidad de la humanidad de gracia y redención, una necesidad cumplida a través de Jesucristo. La Ley del Antiguo Testamento era una sombra de las cosas buenas por venir. Resaltaba nuestra incapacidad de lograr la justicia por nuestra cuenta, enfatizando nuestra necesidad de un Salvador. Jesús no vino a abolir la Ley, sino a cumplirla. Nos mostró el verdadero significado de estas instrucciones divinas y nos ofreció un camino a la redención a través de Su sacrificio.
Las historias de personas como Abraham, Moisés y David nos recuerdan la fe y la obediencia. La confianza de Abraham, el liderazgo de Moisés y el corazón de David para Dios ilustran cómo se vivió la Ley con fe. Estos ejemplos nos animan a buscar la voluntad de Dios y vivir de acuerdo con Su palabra.
Al reflexionar sobre la Ley del Antiguo Testamento, recordemos su propósito de guiarnos, enseñarnos y señalarnos al Mesías. La Ley nos enseña sobre la santidad de Dios y nuestra necesidad de Su gracia. Es un testamento del amor inquebrantable de Dios y Su deseo de tener una relación con Su pueblo.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la Ley del Antiguo Testamento.
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová”
— Levítico 19:18
“Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, de toda tu alma, con todas tus fuerzas”
— Deuteronomio 6:5
“No tendrás dioses ajenos delante de mí”
— Éxodo 20:3
“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”
— Éxodo 20:4
“No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera cuarta generación de los que me aborrecen”
— Éxodo 20:5
“Hago misericordia a millares, a los que me aman guardan mis mandamientos”
— Éxodo 20:6
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano”
— Éxodo 20:7
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo”
— Éxodo 20:8
“Seis días trabajarás, harás toda tu obra”
— Éxodo 20:9
“Mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”
— Éxodo 20:10
“Porque en seis días hizo Jehová los cielos la tierra, el mar, todas las cosas que en ellos hay, reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo lo santificó”
— Éxodo 20:11
“Honra a tu padre a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”
— Éxodo 20:12
“No matarás”
— Éxodo 20:13
“No cometerás adulterio”
— Éxodo 20:14
“No hurtarás”
— Éxodo 20:15
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”
— Éxodo 20:16
“No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
— Éxodo 20:17
“Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo”
— Levítico 11:45
“No tendrás dioses ajenos delante de mí”
— Deuteronomio 5:7
“No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”
— Deuteronomio 5:8
“No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera cuarta generación de los que me aborrecen”
— Deuteronomio 5:9
“Que hago misericordia a millares, a los que me aman guardan mis mandamientos”
— Deuteronomio 5:10
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano”
— Deuteronomio 5:11
“Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado”
— Deuteronomio 5:12
“Seis días trabajarás, harás toda tu obra”
— Deuteronomio 5:13
“Mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo tu sierva como tú”
— Deuteronomio 5:14
“Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”
— Deuteronomio 5:15
“Honra a tu padre a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da”
— Deuteronomio 5:16
“No matarás”
— Deuteronomio 5:17
“No cometerás adulterio”
— Deuteronomio 5:18
“No hurtarás”
— Deuteronomio 5:19
“No dirás falso testimonio contra tu prójimo”
— Deuteronomio 5:20
“No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”
— Deuteronomio 5:21
“Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”
— Levítico 19:34
“Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada”
— Levítico 19:9
“No rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”
— Levítico 19:10
“No hurtaréis, no engañaréis ni mentiréis el uno al otro”
— Levítico 19:11
“No juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová”
— Levítico 19:12
“No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana”
— Levítico 19:13
“No maldecirás al sordo, delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová”
— Levítico 19:14
“No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo”
— Levítico 19:15
“No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová”
— Levítico 19:16
“No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado”
— Levítico 19:17
“Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, no te pondrás vestidos con mezcla de hilos”
— Levítico 19:19
“Cuando entréis en la tierra, plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá”
— Levítico 19:23
“El cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová”
— Levítico 19:24
“Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios”
— Levítico 19:25
“No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos”
— Levítico 19:26
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”
— Levítico 19:28
“No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra se llene de maldad”
— Levítico 19:29
“Mis días de reposo guardaréis, mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová”
— Levítico 19:30
“No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios”
— Levítico 19:31
“Delante de las canas te levantarás, honrarás el rostro del anciano, de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová”
— Levítico 19:32
“Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis”
— Levítico 19:33
“No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida”
— Levítico 19:35
“Balanzas justas, pesas justas medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”
— Levítico 19:36
“Guardad, pues, todos mis estatutos todas mis ordenanzas, ponedlos por obra. Yo Jehová”
— Levítico 19:37
“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, que lo ames, sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma”
— Deuteronomio 10:12
“Que guardes los mandamientos de Jehová sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”
— Deuteronomio 10:13
“Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, guardes sus mandamientos, sus estatutos sus decretos, para que vivas seas multiplicado, Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella”
— Deuteronomio 30:16
“A los cielos a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida la muerte, la bendición la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú tu descendencia”
— Deuteronomio 30:19
“Amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, siguiéndole a él; porque él es vida para ti, prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac Jacob, que les había de dar”
— Deuteronomio 30:20