Queridos hermanos y hermanas, reflexionemos sobre las hermosas cualidades de Cristo, nuestro Señor y Salvador. A medida que avanzamos en la vida, somos bendecidos por tener a Jesús como nuestro ejemplo perfecto. Él es la encarnación del amor, la humildad, la compasión y la verdad. Estos atributos divinos son evidentes en todo lo que hizo y enseñó durante Su tiempo en la tierra.
Primero, consideremos el profundo amor de Cristo. Él amó incondicionalmente y sacrificialmente, dando Su vida por nosotros. Su amor no estaba limitado por las circunstancias o la dignidad de quienes lo rodeaban. Era puro y desinteresado, alcanzando tanto a pecadores como a santos. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a amarnos unos a otros tal como Él nos amó.
Otra cualidad vital de Cristo es Su humildad. A pesar de ser el Hijo de Dios, vino a servir, no a ser servido. Lavó los pies de Sus discípulos, enseñándonos que la verdadera grandeza se encuentra en el servicio. Su humildad fue evidente en Su disposición a rendir Su voluntad al Padre, incluso hasta la muerte. Esto nos enseña a poner a los demás antes que a nosotros mismos y a vivir una vida de servicio humilde.
Cristo también estaba lleno de compasión. Sanó a los enfermos, consoló a los quebrantados de corazón y alimentó a los hambrientos. Su corazón se dirigía a quienes sufrían, y tomó medidas para aliviar su dolor. Se nos anima a mostrar la misma compasión a quienes nos rodean, brindando una mano amiga a los necesitados.
Por último, Jesús es la verdad. En Él no hay engaño. Enseñó con autoridad y sabiduría, desafiando el statu quo y guiando a las personas hacia la luz. Estamos llamados a vivir en la verdad, siendo honestos en todos nuestros tratos y aferrándonos a las enseñanzas de Cristo.
Queridos amigos, mientras nos esforzamos por emular estas cualidades de Cristo en nuestras propias vidas, que nos inspire amar, servir y vivir con verdad. Que miremos continuamente a Jesús como nuestro guía y modelo. Si encuentras este mensaje significativo, por favor compártelo con otros.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre las cualidades de Cristo.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy, por los siglos”
— Hebreos 13:8
“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”
— Colosenses 1:15
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”
— Filipenses 2:5-7
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”
— 1 Juan 4:9
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, el principado sobre su hombro; se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”
— Isaías 9:6
“Aquel Verbo fue hecho carne, habitó entre nosotros (vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia de verdad”
— Juan 1:14
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”
— Hebreos 4:15
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”
— 2 Corintios 5:21
“Llevad mi yugo sobre vosotros, aprended de mí, que soy manso humilde de corazón; hallaréis descanso para vuestras almas”
— Mateo 11:29
“El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”
— 1 Pedro 2:22
“Yo soy el Alfa la Omega, principio fin, dice el Señor, el que es que era que ha de venir, el Todopoderoso”
— Apocalipsis 1:8
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”
— Juan 10:11
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar a salvar lo que se había perdido”
— Lucas 19:10
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
— Juan 8:12
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
— Romanos 5:8
“Palabra fiel digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”
— 1 Timoteo 1:15
“Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, para dar su vida en rescate por muchos”
— Mateo 20:28
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”
— Juan 13:34
“Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”
— Colosenses 2:9
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”
— 1 Juan 2:1
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”
— Juan 15:13
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, para dar su vida en rescate por muchos”
— Marcos 10:45
“Andad en amor, como también Cristo nos amó, se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda sacrificio a Dios en olor fragante”
— Efesios 5:2
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”
— Juan 11:25
“Sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, no hay pecado en él”
— 1 Juan 3:5
“Aguardando la esperanza bienaventurada la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios Salvador Jesucristo”
— Tito 2:13
“El cual, siendo el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
— Hebreos 1:3
“Jesús se acercó les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo en la tierra”
— Mateo 28:18
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; el que en mí cree, no tendrá sed jamás”
— Juan 6:35
“En su vestidura en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES SEÑOR DE SEÑORES”
— Apocalipsis 19:16
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”
— Juan 3:17
“Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha sin contaminación”
— 1 Pedro 1:19
“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, a Jesucristo, a quien has enviado”
— Juan 17:3
“En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
— Hechos 4:12
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”
— Hebreos 7:25
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”
— Romanos 8:34
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
— Juan 14:27
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó se entregó a sí mismo por mí”
— Gálatas 2:20
“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación redención”
— 1 Corintios 1:30
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”
— Filipenses 3:20-21
“Sometió todas las cosas bajo sus pies, lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”
— Efesios 1:22-23
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”
— Colosenses 3:1
“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él”
— 1 Tesalonicenses 5:9-10
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”
— Hebreos 9:28
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”
— Juan 7:38
“Cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”
— 1 Pedro 5:4
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. si me fuere os preparare lugar, vendré otra vez, os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”
— Juan 14:1-3
“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, me he sentado con mi Padre en su trono”
— Apocalipsis 3:21
“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”
— 1 Corintios 15:45
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”
— Mateo 5:17
“Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”
— Hebreos 10:12
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, cree al que me envió, tiene vida eterna; no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”
— Juan 5:24
“Yo soy el Alfa la Omega, el principio el fin, el primero el último”
— Apocalipsis 22:13
“Porque no os hemos dado a conocer el poder la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”
— 2 Pedro 1:16
“Puestos los ojos en Jesús, el autor consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, se sentó a la diestra del trono de Dios”
— Hebreos 12:2
“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”
— Juan 18:37
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
— Romanos 3:24
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados cimentados en amor”
— Efesios 3:17
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”
— Juan 1:29