Queridos hermanos y hermanas, hoy profundizamos en el tema crucial de la lujuria, un tema que resuena profundamente en las enseñanzas de la Biblia. La lujuria no es solo un pensamiento o deseo pasajero; es un anhelo intenso que puede alejarnos del camino de la rectitud. La Biblia nos advierte sobre los peligros de la lujuria, destacando cómo puede corromper nuestros corazones y mentes si no se controla.
La lujuria es a menudo un enemigo oculto, acechando en las sombras de nuestros pensamientos. Comienza en el corazón, instándonos a buscar satisfacción y placer de maneras que no están alineadas con la voluntad de Dios. Este deseo puede nublar nuestro juicio y alejarnos de la verdad y la pureza que Dios desea para nosotros. Vemos ejemplos de esto en las vidas de figuras bíblicas que lucharon con la lujuria y sus consecuencias. El rey David, un hombre conforme al corazón de Dios, cayó en pecado por su lujuria hacia Betsabé. Su historia es un recordatorio poderoso de cómo incluso los más devotos pueden fallar cuando se rinden a deseos lujuriosos.
Queridos amigos, la Biblia nos enseña a guardar nuestros corazones con diligencia. Se nos anima a pensar en cosas que son puras, amables y dignas de alabanza. Al hacer esto, llenamos nuestras mentes con pensamientos que honran a Dios y mantenemos nuestros corazones alineados con Su propósito. Las escrituras también nos recuerdan que caminemos en el Espíritu, permitiendo que la presencia de Dios nos guíe lejos de las tentaciones de la carne.
En nuestra vida diaria, debemos ser vigilantes, resistiendo activamente el señuelo de la lujuria. Al sumergirnos en la oración y la escritura, fortalecemos nuestras defensas espirituales. La guía y la fuerza del Señor siempre están disponibles para nosotros. Debemos buscar Su ayuda sinceramente, confiando en que Él proporcionará una salida a la tentación.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre la lujuria.
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”
— 1 Juan 2:16
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
— Mateo 5:28
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, no satisfagáis los deseos de la carne”
— Gálatas 5:16
“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”
— 1 Corintios 6:18
“Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído seducido”
— Santiago 1:14
“No codicies su hermosura en tu corazónNi ella te prenda con sus ojos”
— Proverbios 6:25
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, no proveáis para los deseos de la carne”
— Romanos 13:14
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos avaricia, que es idolatría”
— Colosenses 3:5
“Huye también de las pasiones juveniles, sigue la justicia, la fe, el amor la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”
— 2 Timoteo 2:22
“Amados, yo os ruego como a extranjeros peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
— 1 Pedro 2:11
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”
— Mateo 15:19
“Pero fornicación toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”
— Efesios 5:3
“Hice pacto con mis ojos¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?”
— Job 31:1
“Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”
— 1 Tesalonicenses 4:3
“No se aparte tu corazón a sus caminosNo yerres en sus veredas”
— Proverbios 7:25
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”
— Romanos 6:12
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”
— 1 Corintios 10:13
“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones deseos”
— Gálatas 5:24
“No pondré delante de mis ojos cosa injustaAborrezco la obra de los que se desvíanNinguno de ellos se acercará a mí”
— Salmos 101:3
“Sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho se paseaba sobre el terrado de la casa real; vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa”
— 2 Samuel 11:2
“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios”
— Marcos 7:21
“Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, dijo: Duerme conmigo”
— Génesis 39:7
“El mundo pasa, sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”
— 1 Juan 2:17
“Sea bendito tu manantialY alégrate con la mujer de tu juventud”
— Proverbios 5:18
“Yo soy de mi amadoY conmigo tiene su contentamiento”
— Cantares 7:10
“¿De dónde vienen las guerras los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”
— Santiago 4:1
“Enseñándonos que, renunciando a la impiedad a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa piadosamente”
— Tito 2:12
“Pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”
— 1 Corintios 7:9
“No mires al vino cuando rojeaCuando resplandece su color en la copaSe entra suavemente”
— Proverbios 23:31
“Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”
— Romanos 7:23
“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia”
— 2 Pedro 1:4
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”
— Filipenses 4:8
“Si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego”
— Mateo 18:9
“Vio la mujer que el árbol era bueno para comer, que era agradable a los ojos, árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; tomó de su fruto, comió; dio también a su marido, el cual comió así como ella”
— Génesis 3:6
“El que camina en justicia habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala”
— Isaías 33:15
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”
— Romanos 8:5
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”
— Efesios 4:22
“Aparta mis ojos, que no vean la vanidadAvívame en tu camino”
— Salmos 119:37
“Honroso sea en todos el matrimonio, el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios a los adúlteros los juzgará Dios”
— Hebreos 13:4
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, perverso; ¿quién lo conocerá?”
— Jeremías 17:9
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”
— Mateo 6:22
“Lo vio su hermana Aholiba, enloqueció de lujuria más que ella; sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana”
— Ezequiel 23:11
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
— Gálatas 6:8